domingo, 17 de enero de 2010


El camino era tranquilo,no había demasiada gente por la calle,se notaba que el domingo llegaba a su fin.


El motor aceleró y un cálido,pero fuerte viento entrada por la ventanilla rozando mis cabellos. El sol brillaba suave ya,reflejándose en mis gafas.


Por mis auriculares sonaba algún tema de Cuentos Borgeanos que ahora no recuerdo,pero que logró que mi mente se detuviera minuciosamente en sus letras. Miraba para afuera,casi sin ver,sólo notaba siluetas de automóviles moverse.


Una suerte de nostalgia comenzaba a nacer,sumándose a mi cansancio. Entonces algo,o mejor dicho alguien,logró hacerme volver a la realidad sacándome una sonrisa.


Uno de los automóviles que pasaba logró capturar mi atención. En él iban un niño sobre las faldas de su madre,me mira,me señala,sonríe,sonrío y me lanza un beso. El final del camino se volvió felíz. Tan sólo con eso.




Pensar que gastamos la vida persiguiendo felicidad,cuando la tenemos pasando por el costado...






Pintura: Paul Delvaux.

4 comentarios:

  1. Aunque sean puras imágenes, palabras o reflejos de felicidad, Magda, ya vale para tocarnos las sensibilidad.

    Me gusta que escribas cada vez más fluida.

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  2. Quizá porque ya me olvidé de que alguien leía mi blog...


    En ese instante me sentí especial,por eso cuando regresé a casa tenía la necesidad de describirlo.

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  3. No, Magda, hay alguien, que tú no conoces, pero no importa, que siempre lee tu blog. Que te lee. Y cuando se le ocurre comentar algo, lo hace.

    Te confesaré que me haces apreciar tus escritos.

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  4. Me halaga mucho...confieso que no escribo para los demás,o si,pero más que nada escribo porque no puedo dejar de hacerlo,las palabras salen solas y no puedo controlarlas.

    Y por otra parte tu manera de escribir no me resulta ajena,la siento cercana,no sé hasta que punto no te conozco.

    Agradezo tus palabras.

    ¿Los anteriores escritos no te han llamado la atención? Creo que siempre retomo sobre lo mismo,eso me alarma,no quiero que mi forma de escribir sea rutinaria...


    Magda.

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