domingo, 31 de enero de 2010


Detesto las decisiones. Éstas siempre conllevan sentimientos adversos entre los que te rodean.

Conceder los anhelos de cada uno,me es imposible,¿Cómo hacerlo? Ya sé! Siendo felíz yo. Si! Pero... resulta que soy felíz con la felicidad de los demás,y nuevamente vuelve todo al mismo punto. No puedo llegar a la meta ni siquiera en mi cabeza,ni siquiera de forma abstracta.

Pensamientos circulares...




Pintura: Wassily Kandinsky.

2 comentarios:

  1. Se sabía impulsado a decidir. La exigencia del medio donde se habita lo reclamaba. Pero cada vez que tenía que hacerlo algo se rompía dentro de él. No le dejaban opción. O elegía o quedaba desplazado. Y en cada paso, el riesgo de decidir mal. ¿Por qué demonios siempre habría que optar? Y cuando se opta, ¿es algo que sale de uno o es lo que el entorno, ya se llamen otros individuos, la educación, las leyes o el sistema de trabajo, reclama de modo impositivo cuando no autoritario?

    Sí, a él le preocupaba tanto tener que responder a lo demás como tener que responder a sí mismo. También deseaba hacer participar en otros su sentido de la felicidad o del placer o de la búsqueda atractiva del conocimiento. Pero los otros son mundos diferentes, que no siempre le escuchaban.

    Así, creció, envuelto en una nebulosa contraditoria y no siempre justa, debatiéndose entre la culpabilidad malsana y el riesgo de lo nuevo.

    Así vive todavía.

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  2. Así vivimos y viviremos... presionados incluso por nuestros corazones,por nuestras mentes,que a veces no se llevan bien.
    Hoy decide mi mente,hoy necesito su fuerza,no la debilidad del corazón.
    Espero que cuando me suba al avión,se borren algunos recuerdos...



    Gracias por tus escritos,realmente me gustan mucho. Deberias crearte un blog,quisiera leer algo que escribas por vos,y no bajo las influencias de mis escritos.


    Magda.

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