Sumergida en las profundidades más hondas,te extiendo mi mano...jugas con ella como un niño con la sortija de la calesita. Te ries. Me buscas. Me empujas.
"El llanto es el escudo de los valientes",creó esa frase,que en verdad le parecía bastante absurda,pero fue su escudo para no sentirse más débil de lo que era.
Quería volver a ser pequeña,verdaderamente pequeña,en donde no temía nada,en donde era una princesa viviendo su cuento,sus propias decisiones,en donde el cielo brillaba y el sol tenia carita sonriente,en donde todavía su corazón le pertenecía...
Esa niña aún luchaba dentro suyo por no morir,le hacía cosquillas y salía al mundo en una carcajada,y el viento secaba sus lágrimas.
Salía a la vida y brillaba,la gente,extrañada,la observaba reir. El mundo no está acostumbrado a ver gente felíz,pero ella contagiaba su sonrisa,su dulzura...
Sin embargo,había una persona que apagaba su luz,y que paradoja,pero esa era la única persona a la que amaba de verdad y tenía en sus manos,peligrosamente,su corazón...
Pintura: Degas.